RELATO
Hola soy Saoro Parra y tengo nueve años. Voy a la escuela de Los Naranjos, de Pego, y en ella paso la mayor parte de día. Mis clases empiezan a las ocho de la mañana y a mediodía mis compañeros se van a clase a comer, pero como mis padres trabajan, yo me quedo con Pedro (un amigo mío) en el comedor del colegio. Allí las maestras nos sirven la comida. Para mí solo esta buena cuando nos toca pizza. Por la tarde damos un par de horas más de clase y mi madre viene a por mí cuando sale de trabajar. A veces me tengo que esperar un rato allí fuera a que lleguen a recogerme. Voy a casa, meriendo y me voy a jugar a futbol en el equipo del pueblo. Cuando se hace de noche, mi padre viene a por mí con el coche. Los sábados mis padres y yo vamos a casa de la abuela, comemos todos juntos y me suelo quedar a dormir allí. El domingo suelen recogerme por la tarde noche y me llevan a un restaurante donde puedo comer todo lo que quiera. Más tarde regresamos a casa y a dormir. Esta es mi semana.
COMENTARIO
En este breve relato intentamos dar a conocer diversas funciones de la escuela muy importantes y comunes en la sociedad actual.
La principal función que se da a conocer es la de custodiar a los niños, puesto que las necesidades sociales actuales conllevan a que los padres pasen poco tiempo con sus hijos ya que pueden tener requerimientos laborales u otro tipo de obligaciones.
Es necesario remarcar que de forma indirecta esta función social ejercida por la escuela promueve la temprana socialización de los niños con sus iguales y profesores, además de una disminución de la importancia del papel de los padres por lo que a su formación se refiere.
Este tipo de contexto promueve en gran medida también la emancipación por parte del niño porque se libera de la presión paterna, pero, a la vez, se ejerce sobre él un control social en la escuela. Esto le llevará a una temprana independencia por parte del sujeto en cuestión.
NOTAà 8
